La aromaterapia es una ciencia vinculada a la química molecular.

A través de la investigación llevada a cabo desde principios del siglo XX y mantenida hasta hoy, se descubrió cómo las moléculas presentes en las esencias tienen información química que ayuda a mantener nuestra salud y el equilibrio orgánico de una manera natural y efectiva.

Los aromas están hechos de moléculas, como todo en el mundo. Cuando inhalas una rosa, por ejemplo, en realidad estás inspirando las moléculas aromáticas que la rosa libera al aire.

Las moléculas aromáticas suspendidas en el aire se inhalan y se unen a la membrana olfatoria dentro de la cavidad nasal. Estas membranas tienen terminaciones nerviosas altamente especializadas, llamadas receptores olfativos.

Una vez que estos receptores reconocen una molécula aromática, envían una señal a su bulbo olfativo, que está conectado a la corteza cerebral y al sistema límbico.

A partir de esto, se liberan hormonas y neurotransmisores.

Probablemente sepa que diferentes hormonas y neurotransmisores causan diferentes reacciones en su cuerpo. Entonces, si un perfume te recuerda algo bueno y ligero, tendrás pensamientos buenos y ligeros. Si un aroma te relaja, tu cuerpo liberará hormonas relajantes.

De esta forma vemos que la aromaterapia trabaja la relación del individuo con los aromas y toda la memoria olfativa que posee, siendo algo muy particular y único. Promoviendo así un equilibrio entre cuerpo y mente, brindando más salud y bienestar.

Como dice Carla Vescovi, “¡La aromaterapia es para quién y no para qué”! Considerando la particularidad de cada individuo y su relación, su respuesta a cada información contenida en cada aroma.